Quien iba imaginar una tarde oscura bajo un brillo primaveral
Las avecillas no entonan más su dulce canción
Su único estribillo un mutis profundo
Al contemplarte en esa urna de cristal
Con la idea de permanecer juntos sin importar la distancia cruel
(Una vez más me equivoqué)
Ahora vuelvo y todo cambio a gris
Demasiado tarde para rehacer la promesa que jamás cumplí
Retrocedo el tiempo para evocar
Las memorias delirantes de una mítica tarde otoñal
Cruzando nuestros caminos por vez primera
Sobre el asfalto de un rustico suburbio
(Testigo del nacimiento de una bella amistad)
Aplicamos un golpe bajo a la tristeza y la depresión
Disfrutando cada minuto hecho eternidad
Juntos aprendimos una sabia lección
La mejor deuda se paga con amor
Sin sorpresa alguna el tiempo pasó
Y como por arte de magia surgió lo inesperado
Engendrado desde un suelo donde la hierba jamás creció
Aquel idilio bendecido por la luna compañera idónea de nuestro andar
Transitamos un mundo sumamente egoísta
Intimidados por un fantasma inquisidor
Valiéndose de artimañas para robar irrompibles sueños de papel
Pero la furia de nuestras almas nos impidió mirar atrás
Caminantes sobre un mismo camino
Enajenados de un futuro escondido
Un golpe asesino a nuestra incansable ilusión
Cubrió de heridas mi gélido corazón
Una bandada de cuervos anunció el inevitable adiós
La distancia fue protagonista del cierre de una historia
Una furtiva viñeta pintada en la memoria
No contemplar mas a tu lado la luna llena
Abrió un vacío episodio sobre mi alma ahogada en pena
Sin vaticinar el precio mortal que cobraría una agónica espera
Volviendo desde mis trances al viejo lugar
Aprisionado por este silencio letal
Percibo los débiles suspiros de una vida que partió (para jamás volver)
Irradian estrellas teñidas de carmesí
Funesta señal de tu partida hacia un universo sin fin
(Pero esta vez caminas sin mí)
Silencio mortecino acaricia estos prados alunados
Donde nuestras sombras vertieron llantos y sonrisas
Telares de ébano ornamentan tu última morada
El viento las despliega con sutil bocanada
Violines claman con sus arpegios entrecortados
A manos de dolientes serafines coronando tu frente con rosas y cenizas
Mas una tarjeta con este poema vulgar, aborrecible retribución
Tu insufrible sonrisa responde a esta farragosa despedida
Cuartetas que naufragarán en el más allá
Donde tus manos las atesoren esperando nuestro renacer
Airosa ninfa, taciturna doncella
Prevaleces dichosa en mi aura palidecida
“Gracias por inocularme ternura demencial
Crimen perfecto que me enseño a amar”
Mis últimas lágrimas las escriben aquí…EN TU FUNERAL
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